NOTICIAS SOBRE CULTURA
(Semana del 6 al 12 de
abril)
Ana Sánchez Delgado
¡Hola de nuevo blogueros! Esta semana la tenemos
cargada de noticias interesantes y curiosas sobre Historia de España o la
Segunda Guerra Mundial entre otras. ¡Que disfrutéis de la lectura!
HISTORIA CONTRA EL
“FEUDO” NACIONALISTA
Corren buenos
tiempos para pescar en río revuelto (la crisis, ya saben) y hacer nigromancia a
partir de un trozo de peluca o el dobladillo de una casaca. De un tiempo a esta
parte, el análisis riguroso y el debate elevado se miran con recelo, pues nadie
quiere que le afeen su parcela del mito exclusivista y el «derecho» a contar la
Historia a su manera. Contra ello, en un año políticamente crucial, la
Fundación Banco Santander –en colaboración con la Fundación Cultural de la
Nobleza– aspira a bucear en el pasado para no cometer errores con el ciclo de
conferencias «La construcción de la nación y el discurso de la historia. De
leyendas negras y nacionalismos». La directora de la Real Academia de la
Historia y miembro de la Española, Carmen Iglesias, consideró ayer, durante la
presentación de estos encuentros, que «lo que llamamos España protege más la
libertad de todos que el fraccionamiento en pequeñas comunidades», ya que,
«aunque el Estado de las Autonomías ha sido muy bueno en algunas cosas, al no
ponerle diques ningunos han acabado funcionando como los antiguos feudos». «Se
ha vuelto a lo peor del Antiguo Régimen: hemos regresado a las aduanas»,
añadió. Para Iglesias, el nacionalismo catalán o vasco exacerban las
desigualdades en tiempos en que todos deberíamos remar en la misma dirección:
«La fragmentación no es la solución para salir de la crisis y recuperar el
Estado del Bienestar». Y es que, aunque el sentimiento de pertenencia cultural
o social no está enfrentado necesariamente a la ciudadanía o adscripción a un
marco más amplio, las autonomías «se han convertido en grupos de poder,
fomentando el clientelismo y la corrupción». A este respecto, la directora de
la RAH recordó que ya el sociólogo alemán Georg Simmel advertía de que «los
grupos pequeños acaban siendo más despóticos, pues cuanto más impersonal es el
poder político, reflejado en leyes y en la objetivación, más defensa hay contra
él». El nacionalismo, en cambio, revierte ese juego de poder entre ciudadano y
mandatario y abre la veda a reinterpretar los símbolos colectivos y la historia
conjunta.
Una educación «falsa»
En el ojo del
huracán nacionalista se encontraría la educación, el pecado original del Estado
autonómico, que ha posibilitado, en el caso catalán, «un punto de vista
histórico a veces grotesco y desalentador». «Hoy en día los niños sólo estudian
la parte del río que pasa por su comunidad», recuerda la historiadora, quien
alerta del «grave peligro de falseamiento de la historia porque la
fragmentación hace perder la perspectiva del todo». Los recortes en la
movilidad social que han producido las políticas educativas nacionalistas
depauperan la calidad de la enseñanza y «perjudican a los más desfavorecidos»,
considera Iglesias, quien recordó que ella pudo estudiar becada gracias a la
Ley Moyano, que data de mediados del siglo XIX. «En este sistema actual –añadió–
dudo de que gente como yo hubiera podido salir adelante». Las conferencias
tratarán de indagar en la construcción de la imagen histórica de un país, la
reconstrucción de la misma a través del nacionalismo y las leyendas negras
generadas en torno a España. La Fundación Banco Santander contará con un
plantel de excepción en este ciclo. Joseph Pérez, Premio Príncipe de Asturias
2014, cerrará el 4 de mayo unos encuentros en los que participarán también
Carmen Sanz Ayanz, de la Real Academia de la Historia, el hispanista Harm de
Boer, de la Universidad de Basilea, y Juan Francisco Fuentes, de la
Complutense. Todos ellos intentarán arrojar luz sobre la histórica confusión
entre nación jurídica y nacional cultural y adentrarse a través del pasado en
las claves que hacen que hoy en día, en un mundo globalizado, repunten los
nacionalismos. «Hay que romper esa visión esencialista de España como un país
en el que siempre nos andamos peleando; una idea que ha regresado con la
crisis; pero la historia es abierta y no se puede preveer», señaló la directora
de la Real Academia de la Historia.
Iglesias, que
se puso al frente de la institución el pasado mes de diciembre en sustitución
del fallecido Gonzalo Anes, explicó algunos de los retos de esta nueva etapa de
la Academia, entre los cuales destacó la necesidad de adaptarse a las nuevas
circunstancias económicas del país. La asignación pública a la RAH se ha
recortado en un 70 por ciento, por lo que la historiadora mantuvo que será
preciso «externalizar servicios» y emprender otros «ajustes» para garantizar la
viabilidad. «Si bajan los ingresos es imposible que los gastos sigan como
antes; es necesario acordarlos», puntualizó, al tiempo que explicó que la
institución valora crear una «red de amigos, desde estudiantes que quieran
aportar algo a los grandes patronos». Asimismo, se está emprendiendo una nueva
web corporativa, en la que se pretende volcar las entradas del «Diccionario
Biográfico». Iglesias resaltó el valor de esta obra, que en papel «será una
edición de bibliófilos» que ayudará a especialistas de todos los ámbitos. En
relación a la voz de Francisco Franco, cuya definición histórica generó debate
en el año 2012, Iglesias consideró que «se produjo una crispación exagerada».
Finalmente, definió el periodo histórico encabezado por él como una «dictadura
autoritaria».
Fuente: La
Razón 06/04/2015
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EL GENERAL BALMES NO FUE ASESINADO: MURIÓ EN UN ACCIDENTE
Aquellos tórridos días de julio del 36 España estaba ardiendo. El 12 de
julio militantes de extrema derecha habían asesinado al Teniente Castillo de
los Guardias de Asalto, héroe de la guerra en el Rif, simpatizante socialista y
activísimo miembro de la UMRA (Unión Militar Republicana Antifascista). Esa
misma madrugada, la del 13 de julio, se servía la venganza, y no en frío, con
el asesinato del líder de la derecha parlamentaria, José Calvo Sotelo, voz en
el Congreso de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas).
Todo el mundo sabe que algo va a pasar, que algo va a
estallar. Los cuarteles echan humo. Los militares se enfrentan abiertamente en los patios de armas, republicanos
por un lado, facciosos por el otro. Los falangistas planchan sus camisas
azules, lustran sus botas de media caña y, tras unos tragos de vino, recorren
las calles de Madrid cantando el «Cara al Sol». En la acera de enfrente se les
responde con «La Internacional» y «A las barricadas». Los obreros quieren armas
¡ya! Los ultraderechistas ya las tienen. Muchos militares han decidido que toca
zafarrancho de combate.
El Gobierno es totalmente
inoperante. En las Canarias, el general Franco
y otros compañeros se preparan, la asonada está prevista para la madrugada del
18 de julio. Pero dos días antes, el 16 de julio, uno de sus cabecillas, el
general Balmes, gobernador militar de Las Palmas, muere de un disparo. Franco
aprovecha el suceso para desplazarse a Gran Canaria, asistir al entierro de su
camarada y comenzar los planes definitivos del golpe militar. Pero comienzan
las sospechas sobre su proceder. Hasta el último momento, ha dudado si sumarse
a la conspiración, e incluso hay quien apunta a que la muerte de Balmes no ha
sido accidental, sino propiciada por el propio Franco para quitarse un enemigo
en sus planes de estar al frente de los sublevados (el 20 de julio la muerte
del general Sanjurjo también despertará sospechas, como la del general Mola el
3 de junio de 1937). Pero hagamos historia.
La muerte por un disparo en el estómago de Balmes ha sido aprovechada por
algún historiador de izquierdas para sumarse a la teoría de la conspiración a
la española. Hasta ahora, en que un joven investigador, Moisés Domínguez Núñez,
ha encontrado todos los documentos necesarios para dictar un veredicto
definitivo e inapelable: Franco es inocente.
Chismes fuera
Moisés Domínguez ha
investigado la figura de Amadeo Balmes Alonso,
como él mismo subraya, buscando «sobre todo la verdadera perspectiva histórica
del personaje, lejos de chismes y elucubraciones. He consultado todos y cada de
uno de los archivos militares y civiles en busca de esos documentos “perdidos”
y demuestro que Balmes jamás fue un general republicano. La propia prensa de
izquierdas lo tenía por golpista. Balmes tuvo un trayectoria inequívocamente
monárquica antes de su muerte y participó en los prolegómenos y preparación del
alzamiento militar». Así lo explica uno de sus subordinados, el que fuera
sargento de infantería Juan López Morales, como aporta el investigador: «Tenía recibidas
órdenes (del General Balmes) de que al personal designado se le enseñara a
montar bien a caballo al objeto de que cuando fuera preciso llevar cualquier
orden urgente y lo efectuaran a caballo, supieran hacerlo...».
Núñez también ha localizado el informe de la autopsia realizada al militar, los
testimonios de todos los oficiales que estuvieron implicados en este affaire,
así como del único testigo que estuvo presente en el momento del accidente, y
ha accedido al número de registro de la pistola Astra modelo 400 del 9 largo
con la que el General tuvo el accidente».
Como conclusión, Moisés Domínguez subraya igualmente
algo que considera un «dato
relevante»: «Balmes antes de morir estuvo consciente aunque fueran
quince o veinte minutos. Antes de expirar habló con muchas personas y estos
testigos directos, ni antes ni por supuesto en plena democracia, hablaron de un
homicidio. Los cuatro forenses que participaron en la autopsia podrían haber
hablado para aclarar el asunto y sin embargo guardaron silencio».
Los amantes de la Conspiración (que no son pocos) tendrán que buscarse otra
historia. Ésta, la ha aclarado para siempre Moisés Domínguez Núñez.
Fuente: ABC 06/04/2015
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ROMA, MARAVILLAS BAJO EL SUELO
En
el subsuelo de Roma siguen
encontrándose maravillas. La Ciudad Eterna está todavía en
condiciones de desvelar antiguos mármoles, mosaicos, monedas y frescos que han
sobrevivido milagrosamente. Con esos tesoros del pasado se acaba de abrir un
nuevo museo, el Antiquarium de Lucrezia Romana. Una asociación, Roma
Sotterranea, investiga los secretos de esa Roma cargada de historias, misterios
y leyendas. Nacida en el año 2000, cuenta con espeleólogos, arqueólogos,
geólogos, arquitectos, ingenieros y simples apasionados que colaboran con las
más importantes instituciones públicas.
El
fundador de Roma Sotterranea, Adriano Morabito, introduce a ABC en esa Roma
invisible, en las raíces más antiguas de la cultura romana. Para comprender la
Roma de la superficie, la que se nos presenta en postales, es necesario conocer la que se esconde bajo nuestros
pies, que es menos fastuosa, pero también sugestiva y fascinante.
No es casual que Freud, quien conocía muy bien la Roma antigua, pensara que la
Roma subterránea es una metáfora de la mente: profundizar en el subsuelo es un
poco como adentrarse en el inconsciente. Y a veces, de forma casual, se
encuentran tesoros, como el Ara Pacis, célebre altar dedicado a la Paz por
Augusto en el 9 a. C., tras volver de su expedición pacificadora de España, que
se descubrió en los subterráneos de un edificio de via del Corso en 1568.
Nunca
se podrán descubrir por entero esos
tesoros de arte y de historia sepultados con el pasar de los
siglos, hasta el punto de hacer una ciudad estratificada. Más de 250 lugares
subterráneos hay identificados, lo que equivale seguramente a menos del 5% de
lo que hay aún enterrado. En cualquier lugar de Roma donde se excava se
encuentra un pedazo de su arte y de su historia, restos de una vida precedente.
De ahí la dificultad de construir algo en el subsuelo. Por ejemplo, en el
actual proyecto de una tercera línea del Metro, Roma será la única capital del
mundo sin una estación en su centro histórico. Y es que, si se descubre algo
importante en una excavación a 5 metros, debajo pueden existir otras maravillas,
porque el nivel del suelo de Roma, desde sus orígenes, ha subido cinco, diez,
quince y hasta casi veinte metros.
Grandes ingenieros
Eran grandes ingenieros los romanos y dotados de gran sentido práctico. Así, cuando
había que construir algo, se hacía sobre lo que se había destruido o
derrumbado, dada la dificultad que existía para deshacerse de los escombros.
Cuando Trajano construyó sus termas, lo hizo sobre uno de los palacios más
grandiosos jamás levantados, la celebérrima Domus Aurea de Nerón. Curiosamente,
solo Nerón, cuando reconstruyó Roma tras el incendio, eliminó ruinas y
escombros llevándolos al mar de Ostia, a 30 kilómetros de la capital.
Se
explica así que la topografía de
Roma haya cambiado sustancialmente desde su fundación, en el 753 a. C.
Las siete colinas de Roma, los montes que históricamente formaron el corazón de
la ciudad, en los tiempos de Rómulo y Remo, han perdido altura y relieve y los
valles se han rellenado. Precisamente, entre los más antiguos vestigios de Roma
se encuentran obras públicas construidas bajo la dinastía de los Tarquini, los
últimos tres reyes de la Roma etrusca que reinaron desde el 616 al 509 a. C.
Son de esta época inmensos templos, murallas, acueductos y sistema de alcantarillado
como la Cloaca Máxima, una obra maestra que aún funciona perfectamente.
Hasta
el siglo XV, la Roma antigua se consideraba una especie de mina inmensa de la que se extraía
todo tipo de materiales para reciclarlos, incluyendo sus estatuas y mármoles.
Solo con la llegada del Renacimiento, con su nuevo aprecio por la antigüedad
clásica, se cambia de perspectiva. Un
ejemplo singular nos lo da precisamente la Domus Aurea, que fue
descubierta accidentalmente cuando un joven romano cayó en ella al abrirse un
espacio en la colina Oppio a finales del siglo XV. Muy pronto una serie de
jóvenes artistas empezaron a descubrirla al introducirse y dejarse caer con
cuerdas para descubrir los frescos y decoraciones de la grandiosa e imponente
residencia de Nerón. Rafael, Pinturicchio, Miguel Ángel y otros jóvenes
artistas romanos descendieron bajo tierra para estudiar, descubrir y difundir
lo que era realmente el mundo antiguo.
Estadio domiziano
Hoy
la Roma subterránea nos ofrece un panorama
casi infinito de ambientes y de escenarios, algunos abiertos al
público. Por ejemplo, es posible pasear y redescubrir el mundo competitivo de
las carreras, bajo la plaza Navona, entre los amplios arcos del estadio
domiziano, abierto después de años de restauración. Construido por el emperador
Domiziano (81-96 d. C), el estadio, destinado fundamentalmente al atletismo,
podía albergar a 30.000 espectadores. Hoy se puede respirar la atmósfera
antigua de los juegos de la capital.
Entre
las innumerables iglesias romanas, la
más asombrosa, desde el punto de vista histórico, es la basílica de San Clemente, con
tres construcciones, una sobre otra, realizadas a lo largo de los siglos. La
primera se remonta a la época romana anterior al incendio de Nerón del 64 d. C.
En ese mismo lugar fue construido en el siglo II una residencia privada y un
templo dedicado al culto de Mitra, el dios de origen persa que pasó a formar
parte del imperio romano, una religión ligada al cosmos y a las estaciones, cuyos
ritos se celebraban en grutas y cavernas. En el siglo IV, sobre la casa y el
templo, se construyó una basílica cristiana, a su vez semidestruida y
refundada.
No
es infrecuente que al excavar en las iglesias se encuentren templos paganos o
necrópolis. En los subterráneos
del Vaticano hay una gran necrópolis, con tumbas cristianas y
paganas, y se recuperaron una veintena de mausoleos. En el año 2003, al
construirse el aparcamiento Santa Rosa del Vaticano se descubrieron cuarenta
estructuras sepulcrales y más de 200 tumbas individuales, que se acumularon
desde el final del siglo y durante todo el siglo II. En la Basílica de San
Pedro, lo profano está bajo lo sacro. Así, no deja de llamar la atención que,
bajo la basílica, se encuentren las imágenes de los dioses Horus, Océano,
Minerva y Plutón.
En
la Roma subterránea ocupan lugar destacado sus catacumbas, que son una treintena. Las más accesibles
están compuestas de unos 150 kilómetros de túneles: Pancracio, Agnese,
Domitilla, Priscilla, San Sebastián... Al inicio se instalaron en cavidades ya
existentes, incluso en columbarios paganos, columbarios que ofrecen a veces
sorprendentes arquitecturas funerarias donde se colocaban las urnas cinerarias.
Las catacumbas se expandieron durante tres siglos y alcanzaron hasta 20 metros
bajo el suelo. Las de San Calixto, por ejemplo, se extienden en 20 kilómetros
de galerías distribuidos en cinco niveles en una zona de 15 hectáreas.
Leyendas
No
solo a la vida está ligada la Roma subterránea, sino también a la muerte. Un ejemplo del culto a la
muerte, que nos lleva a la Contrarreforma del siglo XVI, como símbolo contra la
vanidad del mundo, lo representa el osario de los capuchinos, en la iglesia
Santa María de la Concepción, en via Veneto, en cuyos subterráneos se conservan
los huesos de unos 4.000 frailes, alcanzado la cumbre de lo macabro.
En
este mundo subterráneo abundan los
misterios y leyendas. La más común y popular cuenta que en muchas
iglesias antiguas de Roma hay en el subsuelo un túnel que conduce al Vaticano.
Falsa leyenda. Pero a Roma no le será nunca fácil liberarse de sus fantasmas y
misterios, y de su relación con la historia y el arte. Por eso es fascinante.
Fuente:
ABC 06/04/2015
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JOAN PEIRÓ, LA DIGNIDAD DE UN OBRERO ESPAÑOL
En julio de 1942, un antiguo ministro de la República en guerra,
representante de los sectores moderados de la CNT, fue fusilado en Valencia. Había sido entregado por la Gestapo a
la policía franquista en 1940 y condenado a muerte un año después. Antes de que
pudiera cumplirse la sentencia, dirigentes del sindicalismo vertical intentaron
persuadirle de que se uniera al régimen, como lo hizo su compañero de gabinete
y militancia Juan López y algunos cuadros menores del anarcosindicalismo más
combativo contra la FAI. Joan Peiró no aceptó la propuesta y pagó con la muerte
su sentido insobornable de lealtad. Aquella madrugada moría un hombre honesto,
un obrero que nunca se lucró con su condición de dirigente de un poderoso
sindicato, un español que se jugó la vida denunciando a los extremistas de su
propia organización y que se enfrentó a un riesgo manifiesto cuando censuró los
desmanes provocados contra indefensos ciudadanos en la retaguardia. Cuando
tantos callaban, él siempre habló. Cuando algunos trataron de salvar la piel
cambiando de indumentaria ideológica, él quiso ofrecer ese sacrificio a la
coherencia de una vida que ni siquiera la amenaza de morir podía malograr.
Joan Peiró pertenece a esa generación de sindicalistas, salidos
de los espacios más humildes de la clase obrera, duros
negociadores en su lugar de trabajo –porque nunca se «profesionalizaron» para
abandonarlo–, ambiciosos en la adquisición de saber y en la voluntad de
construir redes culturales al servicio de los trabajadores. La revista en la
que escribió con más asiduidad, precisamente en los momentos de mayor conflicto
con los sectores insurreccionales de la FAI, fue «Cultura libertaria».
Sin
violencia
De su promoción formaban parte Salvador Seguí y Ángel Pestaña, el
primero asesinado por pistoleros de la patronal catalana, y el segundo con una
salud gravemente quebrantada por otro atentado. Curiosamente, la violencia de
sus adversarios no se dirigió contra los núcleos más radicales de la CNT, sino
contra aquellos que defendían posiciones más sensatas. Sectores que podían ser
de extraordinaria inflexibilidad en el conflicto laboral, pero que despreciaron
siempre el asesinato o los levantamientos armados como formas de lucha
sindical.
Aprendió a leer a los quince años de
edad, cuando
empezaba su militancia en las agrupaciones de los trabajadores del vidrio. Como
dirigente de la CNT, en cuya fundación había participado, defendió la modernización
de las estructuras sindicales a través de sindicatos de ramo que superaran las
viejas asociaciones de oficio. La combinación entre la acción directa –que no
implicaba violencia alguna, sino negociación sin intermediarios con la
dirección de las empresas– y la adaptación de la CNT a las condiciones de la
organización industrial moderna, permitieron que el sindicalismo independiente
de cualquier partido político pudiera desarrollarse como una opción singular en
el panorama del movimiento obrero de Europa.
El «anarquismo» de Peiró era, en realidad, al igual que el de
Pestaña, un rechazo de la injerencia
política en la defensa de
los derechos de los trabajadores. Una autonomía que defendió con tanta energía
frente al socialismo marxista como frente a la progresiva contaminación de la
CNT por los anarquistas radicales de la FAI. Denunció, incansable, la
estrategia insurreccional, justificada cínicamente como «gimnasia
revolucionaria», que destruía toda una tradición de conflictos sociales para
entregarlos al callejón sin salida de la violencia.
Como a Peiró no podía acusársele precisamente de falta de
conciencia de clase o de inhibición en la lucha obrera, ni de pereza por
superar el sistema capitalista, sus acusaciones fueron recibidas con especial agresividad por
los nuevos caudillos del anarquismo peninsular. Las críticas acerbas de Durruti
y García Oliver le hicieron dimitir de la dirección de «Solidaridad Obrera» en
1931. Con otros dirigentes como Pestaña, Mira y Mascarell, abandonó la CNT y
formó los Sindicatos de Oposición, que no lograron crear un espacio alternativo
a la línea nihilista del faísmo. Sin embargo, aquella experiencia, acompañada
de una elaboración doctrinal considerable, permitió aventurar cuál habría sido
el espacio posible de un sindicalismo de clase independiente, pero dispuesto a
colaborar con el resto de la izquierda republicana española, desdeñando el
limbo de sectarismo y violencia que elegía la FAI.
Peiró representó, hasta el lamentable final de su vida, una forma de decencia personal que habitó en la entraña de los
defensores de la República, contra quienes la despojaron de su prestigio
mediante sus acciones enloquecidas. Su enorme inteligencia táctica, su
conciencia de clase adquirida en el trabajo realizado desde la infancia, su
disposición al diálogo y la energía en la defensa de sus convicciones,
construyen el perfil de un hombre a imagen y semejanza de la madurez cívica y
la honestidad que fue esperanza para la convivencia y para el fortalecimiento
nacional de España.
Denuncia
continua
En octubre de 1938, las palabras con las que fijaba la
estrategia de la CNT, en el tramo final de una guerra que aún creía posible
ganar, nos indican el carácter
de hombres como él: «La coacción y la acción violenta de las clases humildes
o proletarias son un arma de dos filos: se ejercen con toda la fe y con los
mayores entusiasmos, y de allí donde se espera una reivindicación victoriosa,
surge una dictadura que lo arrasa todo». Y acababa diciendo: «Hay un recuerdo
que, aplicado, no falla nunca: comprender que el más alto mérito del individuo
anarquista consiste en la tolerancia del mismo para con el pensamiento ajeno».
Cuando denunció en «Peligro en la retaguardia» el asesinato del disidente y el
saqueo de la propiedad legítima, dio una prueba de que hacer lo más difícil
suele ser optar por lo más acertado.
Su negativa a aceptar un cargo público por quienes le ofrecían
escoger entre la muerte y el soborno, señalará para siempre la dignidad de un obrero español y la miseria de quienes le
condenaron.
Fuente: ABC 07/04/2015
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EL PILOTO BRITÁNICO SIN
PIERNAS QUE CAUSABA PAVOR A LOS CAZAS NAZIS
La Segunda Guerra
Mundial está llena de historias de superación y
valentía en la que meros hombres logran convertirse en auténticos héroes en
base a su valor. No obstante, de entre toda esta amalgama, hay una que sigue
llamando la atención casi 75 años después de
que se sucediera. Esta
no es otra que la del británico Douglas Bader, un piloto que, a pesar
de perder las dos piernas en
un accidente de avión, combatió en los cielos contra los aviadores de la «Luftwaffe» nazi causándoles verdaderos estragos durante la
Batalla de Inglaterra.
Por
si este acto de valentía fuera poco, un nuevo libro llamado «Zero Night» acaba de desvelar e
incidir en una serie de curiosas intrigas sobre la vida de Bader. Entre ellas,
la más llamativa es que participó en uno de los intentos de fuga más
extravagantes de la Segunda Guerra Mundial mientras se hallaba en el campo de prisioneros de Warburg (en
Alemania). Aunque finalmente fue atrapado mientras se intentaba escapar y fue
encerrado en una prisión de mayor seguridad, este británico logró regresar a su
país tras la guerra e, incluso, convertirse en todo un icono para sus
conciudadanos.
Sin piernas,
pero piloto de la RAF
Bader
vino al mundo en febrero de 1910. Desde su infancia
sintió un deseo irrefrenable por volar, lo que hizo que, con 18 años, decidiera
subirse a un avión e iniciar su carrera en la Real Fuerza Aérea (RAF). Tras licenciarse como piloto en
1930, parecía que su vida no podía ser mejor. Sin embargo, apenas un año
después sufrió un trágico accidente mientras realizaba una maniobra acrobática que consistía en girar su avión 360º. Aunque
sobrevivió, el accidente no pudo ser peor, pues los cirujanos le tuvieron que amputar las dos piernas.
Su
destino parecía estar sellado pero, a base de entrenamiento y perseverancia,
Bader logró volver a andar sin muletas con dos prótesis. En 1940, y de forma
increíble, consiguó además reintegrarse en la RAF, ponerse de nuevo a los
mandos de un avión y, a su vez, ser nombrado jefe de escuadrón de una de las
escuadras británicas de Spitfires (el
caza inglés más característico durante la Segunda Guerra Mundial).
Ya
como aviador para el ejército, este militar logró abatir nada menos que a una veintena de pilotos enemigos. La
mayoría de los derribos se sucedieron durante la Batalla de
Inglaterra (la defensa de la isla que los pilotos de
la Real Fuerza Aérea hicieron de la isla ante el ataque de las tropas de Hitler), aunque también realizó varias bajas en
el asalto aéreo que la RAF hizo sobre Francia. Sin duda, con Bader se hizo
válida aquella frase de Churchill en la que dijo que «nunca
tantos debieron tanto a tan pocos».
Bader,
aprisionado
A
pesar de que su futuro parecía ser favorable, el destino le volvió a jugar una
mala pasada y, en 1941, fue derribado y cayó en
Francia. Allí fue capturado por los nazis y, posteriormente, enviado al campo de prisioneros de Warburg (al
este de Alemania). Fue precisamente en ese lugar donde se ganó un hueco en el
corazón de los alemanes (los cuales permitieron a los británicos que le
enviaran por avión otras prótesis para sustituir a las suyas, que se habían
destrozado en el accidente) y participó en uno de los intentos de fuga más
extravagantes de la Historia.
Concretamente,
y según explica Mark Felton en
su libro «Zero Night» (publicado a finales de 2014 y citado este martes por la
versión digital del «Daily Mail»), el plan fue ideado por Bader
y el Mayor Tom Stallard (del
ejército británico). Ambos llegaron a la conclusión de que la mejor forma de
escapar del campo de prisioneros era, nada más y nada menos, que construyendo varias escaleras plegables con las que lograr pasar el muro de la
prisión. Sencillo, pero efectivo.
Para
evitar ser atrapados, los militares decidieron que elaborarían las escalinatas
a base de martillo y sierra en la sala de música del cuartel para,
así, ahogar el ruido de las herramientas con los instrumentos.
Finalmente,
el 30 de agosto de 1942 los
prisioneros del campo pusieron en práctica el plan y, cuando los guardias
estuvieron distraídos, 41 británicos se lanzaron hacia los muros armados con
sus escaleras. Desgraciadamente una de ellas se hizo añicos, por lo que solo
pudieron escapar 28.
Entre
ellos se hallaba Bader que, posteriormente, fue capturado de nuevo por los
alemanes. La «Gran Evasión» no le había saldo demasiado bien. Posteriormente,
los nazis le quitaron las prótesis para evitar que volviera a huir y le
llevaron a una prisión de más seguridad ubicada en el Castillo de Colditz. Allí pasó los últimos días de la guerra hasta
que logró regresar a su país tras la contienda.
Fuente:
ABC 07/04/2015
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FRANCO SERÁ DEFINIDO COMO DICTADOR EN LA
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Desde su creación -en mayo de 2011- el Diccionario
de la Real Academia de la Historia ha generado polémica e
incomodidades por su contenido sesgado e interpretativo. Ahora la obra
enmendará una de las definiciones que contiene y que más ríos de tinta han
hecho correr. Tal y como ha señalado la nueva directora de la Real
Academia de la Historia, Carmen Iglesias, en conversación con la cadena SER,
Francisco Franco será definido como dictador en la versión
digital de la obra. En la actual entrada de Franco en el citado libro cuya
autoría es de Luis Suárez, miembro de la Fundación Francisco Franco, se puede
leer: "Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las
fuerzas políticas que le apoyaban quedaron unificadas en un Movimiento y
sometidas al Estado". En la biografía del dictador español, que ocupa
cinco páginas, se le da el tratamiento de "Generalísimo" o de
"Jefe de Estado". Así la entrada de Suárez, experto en Historia
Medieval que tuvo acceso a los fondos de la Fundación Francisco Franco casi en
exclusiva hasta que fueron digitalizados con subvención pública, será
modificada en su versión en digital, tal y como ha señalado Iglesias, y
será consultable a finales de año.
Tras la gran polémica desatada por las definiciones poco rigurosas de los
principales personajes del siglo XX español, la Real Academia de la Historia
fue apremiada por el entonces ministro de Educación, Ángel Gabilondo, y por
algunos grupos políticos a crear una comisión que revisase y corrigiese el
texto.
Fuente: La Vanguardia 08/04/2015
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“MI
ANTEPASADA LA VARONA DE CASTILLA ERA EL TERROR DE LOS ÁRABES”
El escudo de los Varona esculpido
en piedra ante la Torre-Palacio familiar en Villanañe de Valdegovía (Álava)
luce las barras de Aragón en diagonal, recordando que fueron ganadas como
trofeo. El detalle podría pasar inadvertido para algunos si la estatua
heráldica no mostrara el busto de una mujer, con armadura y celada y una espada
rota en la mano: María Pérez, la
Varona de Castilla.
«Hay muy pocas mujeres, en su época, que llegaran a tener su poder», afirma Rodrigo María Varona al
contar la historia de su antepasada, que ha pasado de padres a hijos a lo largo
de 27 generaciones. «Todas las leyendas tienen parte histórica y parte
aumentada», advierte. La que cambió el apellido de su familia y marcó a sus
herederos, «está basada en hechos
reales».
El relato del actual señor de la Torre-Palacio de los Varona se remonta a
los últimos años del siglo XI y primeros del XII en los que María Pérez vivió allí junto a
sus hermanos Alvar y Gómez. La familia, partidaria de Doña Urraca de Castilla y su hijo Alfonso VII en su lucha contra Alfonso I el Batallador, había sido
llamada a tomar las armas y María se empeñó en acompañar a sus hermanos en la
batalla, haciéndose pasar por un guerrero más.
Las tropas castellanas y aragonesas se enfrentaron en Soria, en los campos de Barahona. Según la leyenda,
al anochecer y en la confusión del combate, María se apartó de sus hermanos y
fue a encontrarse con el mismo Alfonso el Batallador. «Ella le dio batalla y le venció», a pesar de que en la lucha se le
quebró la espada, según narra Varona.
La mujer llevó preso al rey aragonés ante Alfonso VII y éste al descubrir
su identidad y admirado por su hazaña, le dijo: «Habéis obrado, no como débil
mujer, sino como fuerte varón y debéis llamaros Varona, vos y vuestros
descendientes y en memoria de esta hazaña usaréis las armas de Aragón». Y para
recordar el suceso, se dice que el monarca mandó que los campos también se
intitularan de Varona (Barahona).
Su descendiente apunta que en el escudo se añadieron a las barras «ocho
espejos como las ocho mujeres ilustres de la historia» a las que ya se sumaba
esta mujer de armas tomar.
«Era el terror de los árabes»,
asegura Varona. Les arrebató plazas como Toro, Torquemada o Dueñas y «llegó a ser señora de 40 villas en Castilla»,
subraya.
«La Varona de Castilla» contrajo matrimonio con el infante don Vela, hermano de tres
reyes de Aragón: Pedro I, Alfonso I y Ramiro El Monje. De este enlace nació Rodrigo Varona, el primero de la estirpe. «Desde entonces todos los descendientes nos llamamos Rodrigo, con
un nombre adicional», señala el actual residente de la torre, reconvertida en
Casa-Museo.
María Pérez se retiró en los últimos años de su vida, ya viuda, al Monasterio de San Salvador de Oña, donde reposan sus restos.
Con ella se perdió el apellido Pérez del almirante visigodo Ruy Pérez que mandó construir la
Torre en Villanañe allá por el año 680. En esta fortificación se dice que
descansó Don Pelayo tras
la Batalla de Guadalete (711)
y preparó la Reconquista. «Ha servido de paso seguro para todas las grandes
rutas», señala Varona recordando por ejemplo la ruta de la sal o el antiguo
itinerario del Camino de Santiago que pasaba por Álava.
Emparentada con los Salazar, Mendoza, Velasco, Saravia, Rueda o Manrique,
entre otros históricos apellidos, la familia contó entre sus miembros con
primeras autoridades en Italia, Flandes o América. Sus recuerdos, como el
crucifijo donado a un Varona por Don Juan de Austria tras la batalla de
Lepanto, se han ido acumulando con el paso del tiempo en la Casa Torre que hoy
se muestra a los visitantes.
«Somos una de las pocas familias
que hemos conservado siempre nuestro hogar», subraya con orgullo su
actual residente, de 66 años, que también presume de mantener sus habitaciones
con papeles pintados de los siglos XVII-XVIII. «Los Varona siempre hemos tenido
inquietudes», añade Rodrigo antes de apuntar que su casa fue «la segunda
vivienda de España que tuvo luz eléctrica» y una de las primeras en contar con
teléfono.
La Torre-Palacio de los Varona es una de las 15 casas que permanecen
abiertas en invierno en el pequeño pueblo de Villanañe, que llega a contar con
un centenar de personas los fines de semana. El valle de Valdegovía, con unos
1.000 habitantes, «es una de las zonas más desconocidas de España, pese a que
aquí tenemos mucha historia de todas las épocas», remarca Varona.
Afortunadamente, dice, «hoy se está volviendo a dar al valle la importancia que
tuvo».
Fuente: ABC 09/04/2015
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DISECAR EL CEREBRO DE UN ESTADOUNIDENSE
VIVO Y OTROS CRUELES EXPERIMENTOS JAPONESES
Las atrocidades
cometidas por los científicos nazis durante la Segunda Guerra
Mundial son ampliamente conocidas en el mundo
entero. Sin embargo, durante la contienda hubo multitud de regiones que,
dejando a un lado los derechos humanos, sometieron a todo tipo de torturas a los prisioneros que capturaban. Una de
ellas fue Fukuoka, una ciudad ubicada al sur de Japón en la que se
acaba de inaugurar una exposición que reconoce, de forma oficial, que allí se realizaron todo tipo de crueles experimentos con una docena de soldados aliados que capturaron.
Concretamente,
y tal y como explica en su versión digital el diario «Daily Mail», las susodichas tropelías
fueron llevadas a cabo en la Universidad de la localidad. En ella, un grupo de
científicos japoneses experimentaron de forma cruel con la tripulación de un
bombardero B-29 Superfortress estadounidense que se había estrellado cerca de la zona.
Entre las diferentes pruebas que practicaron, se destaca que disecaron
–mientras los pacientes seguían con vida- todo tipo de partes de sus cuerpos
tales como el cerebro o los pulmones.
Un combate
que acabó en desastre
Esta
triste historia comenzó un 5 de mayo de 1945 cuando –con la guerra casi
finalizada- el capitán Marvin Watkins y su tripulación (unos 12
hombres, aunque el número total se desconoce) se subieron a su B-29 ubicado en
Guam. Su misión era clara: bombardear un objetivo militar de la ciudad de
Fukuoka, en el sur de Japón. Por entonces, y a pesar de que faltaban pocos
meses para que los nipones se rindieran, nadie cedía ni
un palmo de terreno y se combatía hasta la muerte contra el enemigo. El
cometido no iba a ser, pues, nada sencillo.
Así
quedó demostrado posteriormente, pues –en pleno vuelo sobre la ciudad- el avión
de Watkins fue derribado por un piloto japonés de 19 años llamado Kinzou Kasuya. Con el bombardero en
las últimas, a los estadounidenses no les quedó más remedio que saltar en paracaídas y rezar para que los lugareños les trataran
como a prisioneros de guerra. Sin embargo, la suerte iba a ser esquiva en este
sentido pues –de la docena de aviadores que se arrojaron del aeroplano- uno
murió antes siquiera de pisar el suelo después de que un Zero cortase las cuerdas de su paracaídas. Otro
cayó minutos después, apuñalado por
los pobladores de la región.
El
resto no tuvo mejor suerte. Un ejemplo claro es lo que le sucedió a uno de los
tripulantes que, al verse rodeado por decenas de japoneses, empezó a disparar
desesperado. Finalmente, cuando solo le quedó una bala, apuntó a su cabeza y se suicidó para evitar ser vejado. Tampoco se libró de la ira
local Teddy Ponczka, quien recibió varias puñaladas antes de que los
soldados japoneses llegaran a la zona a poner orden.
Comienzan los
experimentos
Una
vez que los militares nipones se personaron ante ellos, los americanos
respiraron aliviados. Y es que, además de protegerles de la ira de los
lugareños, les informaron de que iban a llevarles a un hospital cercano para
tratar sus lesiones. La alegría fue suma para Ponczka, quien se encontraba
malherido. Sin embargo, como pudieron descubrir después los supervivientes, lo
que pretendían aquellos doctores ataviados con batas blancas era bien distinto:
buscaban investigar médicamente con ellos en
la Universidad de Fukuoka.
El
primer experimento se realizó sobre el herido Ponczka, a quien le fue eliminado uno de sus pulmones mientras
aún vivía para observar qué efecto tenía esa operación en su sistema
respiratorio. Posteriormente, le inyectaron agua de mar en el cuerpo con una
jeringuilla en un intento de saber si ese extraño método podría prevenir la
deshidratación. «Los presos pensaban que éramos médicos por nuestra batas
blancas, nunca se imaginaron lo que íbamos a hacerles. Nunca podré volver a
usar un delantal blanco», afirmó posteriormente a un diario el Dr. Toshio Tono (uno de los implicados en el suceso).
El
resto de la tripulación también sufrió estos crueles experimentos. A uno, por
ejemplo, se le disecó el cerebro mientras aún seguía con vida
para conocer si la epilepsia podía ser controlada mediante cirugía. Lo mismo sucedió con
los órganos de muchos de ellos, los cuales fueron disecados vivos. Por su
parte, Watkins tuvo la suerte de ser enviado a Tokio para ser interrogado y,
posteriormente, sobrevivió a la guerra en un campo de concentración.
Una increíble medida
Esta
exposición supone una novedosa forma de actuar en un Japón en el que, hasta
ahora, los experimentos y vejaciones cometidos sobre los aliados eran un tema
tabú. Con todo, incidentes similares ya habían sido documentados ampliamente en
multitud de libros históricos, aunque es la primera ocasión en la que una autoridad
japonesa los da a conocer «oficialmente». Al parecer, y según los
organizadores del evento (ubicado en la Universidad de Kyushu) no podían
ocultar lo sucedido.
Fuente:
ABC 09/04/2015
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LA LUZ ULTRAVIOLETA REVELA ROSTROS Y
VERSOS BORRDOS DEL LIBRO NEGRO DE CARMARTHEN
El Libro Negro de Carmarthen contenía rostros y versos que
fueron borrados de este importante manuscrito medieval del Reino
Unido, el más antiguo que se conserva escrito exclusivamente en galés y que
contiene algunas de las primeras referencias al rey Arturo y el mago Merlín.
Un estudio realizado por Myriah
Williams, una estudiante de doctorado de la Universidad de Cambridge,
mediante la combinación de luz ultravioleta y un software de edición de
imágenes, ha destapado dos rostros
fantasmagóricos y líneas de versos que hasta ahora habían
permanecido invisibles al ojo humano. Alguien borró estos versos y estas
imágenes del famoso manuscrito del siglo XIII llamado Libro Negro de Carmarthen
por el color de su encuadernación y su conexión con el Priorato de San Juan el
Evangelista y Teulyddog (Carmarthen).
Myriah Williams y el profesor Paul
Russell, del Departamento de Anglosajones, Nórdicos y Celtas (ASNC, por
sus siglas en inglés) de Cambridge, creen que fue uno de los propietarios del
libro en el siglo XVI quien borró esas inscripciones que
habían sido añadidas al manuscrito, según un comunicado de la Universidad. Los investigadores apuntan un posible nombre, el de un hombre llamado Jaspar Gryffyth, quien grabó su nombre
en hebreo en el libro y eliminó versos adicionales, garabatos y notas añadidas
en los márgenes del manuscrito.
«Ver a estos fantasmas del pasado ha sido increíblemente emocionante», ha
señalado Williams antes de añadir que los márgenes de los manuscritos contienen
a menudo anotaciones de quien los leía y «pueden arrojar luz sobre lo que
nuestros antepasados creían de lo que estaban leyendo». La recuperación de lo
borrado en el Libro Negro podría decir mucho del pasado y de nuestra
comprensión del mismo, según la investigadora.
«Lo que hemos descubierto puede ser sólo la punta del iceberg en términos de lo que podemos descubrir. El
manuscrito es muy valioso y muy importante, sin embargo, todavía puede haber mucho más que aún no
sabemos», destaca Russell.
A pesar del valor que hoy tiene el Libro Negro de Carmarthen, en su origen no fue una obra elaborada,
sino el trabajo que realizó un solo escriba durante un largo periodo de su
vida. En las primeras páginas se aprecia una escritura cuidada con líneas
rectas, mientras que en otras partes del manuscrito, la letra se hace más
pequeña y apretada.
El libro, compuesto por 54 páginas de pergamino, contiene desde versos
religiosos a poemas históricos sobre héroes de leyenda como el rey Arturo y el
mago Merín. Está designado como manuscrito Peniarth MS 1 en la Biblioteca Nacional de Gales, donde se conserva desde 1904,
después de que fuera comprado junto a otros manuscritos por el fundador de la
misma, Sir John Williams.
Fuente: ABC 09/04/2015
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HOMBRES DE HIERRO, BARCOS DE MADERA
«Hoy mi mujer
se quedará viuda... pero no lo sabe». Lo dijo Burkard von Müllenheim-Rechberg,
oficial del acorazado «Bismarck», tocado y hundido el 27 de mayo de 1941. Para
Arturo Pérez-Reverte, son muchos los marinos españoles que a lo largo de la
historia hubieran firmado dicha frase. Gente aguerrida, sacrificada e
inasequible al desaliento («A Constantinopla o a cenar con Cristo», gritó a los
suyos Alonso de Contreras, el Alatriste histórico) que marcaron una época,
ensancharon horizontes y saltaron de la cubierta al mito. «Hombres de la mar,
barcos de leyenda», exposición en el Museo Naval comisariada por el escritor,
navega entre la realidad y el mito a través de once embarcaciones
imprescindibles para la cultura occidental y rememora a quienes singlaron mares
y océanos a bordo de ellos. Desde la «Argos» de Jasón hasta el «Bismarck»,
pasando por la «Nao Victoria», la «Bounty» o el «Titanic». Barcos españoles y
extranjeros, y barcos existidos o imaginados: el «Pequod» de «Moby Dick» o el
«Nautilus» de Julio Verne, por ejemplo. Todos ellos hicieron historia, abrieron
una puerta, crearon un paradigma y, ante todo, dejaron una lección de vida
esbozada: ya sea la villanía de los amotinados del Bounty como la grandeza
pírrica de los vencedores de Lepanto (Cervantes perdió un brazo a bordo de la
«Marquesa»).
«Sin hombres de
hierro, los barcos son sólo de madera», señala Pérez-Reverte. El académico ha
descartado más de 30 embarcaciones durante el diseño de esta exposición, plato
fuerte del Museo Naval para los meses de primavera, tras los sonados éxitos de
las muestras sobre «La Mercedes» y Blas de Lezo. Apenas le propuso el director
de la institución, el almirante José Antonio González Carrión, esta
colaboración, pactaron una premisa irrenunciable: el didactismo. «La pueden
disfrutar también los especialistas, pero queríamos que fuese muy divulgativa,
que abriese una puerta que estimulase la imaginación y el deseo de conocer,
sobre todo para los jóvenes», señala el autor de «El capitán Alatriste» y
«Hombres buenos» (Alfaguara), recién publicada. La muestra, ordenada por
épocas, recoge 11.000 años de historia en la mar. De historia y de historias:
la de los últimos de Filipinas o la del puñado de hombres que dieron la primera
vuelta al mundo y vivieron para contarlo. «Cuando hablamos de barcos pensamos
habitualmente en Inglaterra, pero es de justicia devolver a España esa
importancia histórica, y a nuestra Marina, respetada hasta por sus enemigos»,
valora el periodista.
España, antaño
hegemónica sobre las aguas –«mare clausum»–, perdió pronto la batalla de la
Historia. Ya Antonio Pigafetta, el italiano que difundió al mundo con su
crónica de a bordo la hazaña de la «Nao Victoria», omite por completo el nombre
de Elcano en favor de su amigo Magallanes (que «sólo» completó media
expedición); luego vinieron la Armada Invencible –nadie contó nunca nada de la
fallida réplica británica–, el silenciamiento de héroes como Blas de Lezo en
favor de, por ejemplo, Drake –pongan Cook por Malaspina si quieren– y el
definitivo crepúsculo de nuestra supremacía, desde Trafalgar hasta Cavite.
«España prefiere honra sin barcos a barcos sin honra», señaló Méndez Núñez en
Valparaíso (1866). Y esta exposición, que recoge frases lapidarias de quienes
hicieron historia a bordo de aquellos buques, galeones, naos o acorazados,
trata también, o fundamentalmente, de eso, de transmitir los valores de la mar:
«Ahí están la dedicación, la constancia, el trabajo en equipo, las durezas de
la mar, el sacrificio, la tenacidad, la superación y el carácter ilustrado de
la marina del XVIII», explica Pérez-Reverte. Y añade: «Hemos vivido de espaldas
a todo eso y a la historia de nuestra Marina; pero es necesario recordar que
España estuvo allí». Desde el cabo de Buena Esperanza a las costas desangeladas
de Alaska, de los Mares del Sur al Caribe. Cuadros de muchos de aquellos grandes
nombres de nuestra historia (Colón, Elcano, Churruca...) comparten espacio con
diferentes piezas que rememoran las gestas de antaño, especialmente
reproducciones a escala, pero también utensilios como la vajilla del «Titanic»,
instrumentos históricos de navegación (astrolabio, compás, brújula...), cartas
de marear, libros antiguos y recortes de periódico. La hija del escritor,
Carlota Pérez-Reverte, se ha encargado de la selección de textos que salpican
la muestra y dan cuenta del pundonor de los hombres de la mar («Demasiado tarde
para consejos. Es hora de luchar», Don Juan de Austria). El resultado es un
vistazo sintético pero evocador hacia varios siglos de historia en la eterna
pugna del hombre por dominar un medio hostil y llegar más lejos camino del horizonte.
Fuente: La
Razón 10/04/2015
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FRANCIA INAUGURA LA RÉPLICA DE LA CUEVA DE CHAUVET, LA OTRA “CATEDRAL” DEL
ARTE RUPESTRE
François Hollande ha inaugurado una copia turística de la Cueva de Chauvet, una de las «catedrales» más antiguas e
importantes de la historia del arte rupestre, de 25.000 a 32.000 años de antigüedad. La Cueva Chauvet fue descubierta el 18 de diciembre
de 1994, por un trío de espeleólogos, Éliette
Brunel-Deschamps, Christian Hillaire y Jean-Marie Chauvet, cuyo apellido dio
nombre al descubrimiento, «canonizado» por la Unesco el 2014, eligiendo la
Cueva como Patrimonio de la Humanidad.
Los
especialistas llevan veinte años disputándose sobre algunos aspectos concretos
del descubrimiento, comenzando por la datación. La mayor parte de las obras
descubiertas, en una gigantesca «catedral» de más de 8.500 metros cuadrados,
fueron realizadas durante el Auriñaciense (de 30.000 a 32.000 años). Y otra parte significativa
del inmenso legado de la Cueva Chauvet data del Gravetiense (de 25.000 a 27.000 años).
Mientras
los especialistas comenzaban sus primeras investigaciones, el Estado francés decidió muy pronto construir
una copia o reproducción
de la Cueva Chauvet, a un kilómetro corto del sitio arqueológico, en la pequeña localidad de Vallon-Pont-d'Arc, en el departamento de la
Ardèche, en el sureste de Francia, al norte de la Costa Azul.
Esa réplica es la que ha inaugurado el presidente Hollande, con una
solemnidad particular, declarando: «En este lugar... los hombres inventaron la
pintura... aquí se inventó el autorretrato, aquí se inventó el comic, aquí se inventaron
las imágenes en tres dimensiones, aquí se inventó el cine». De hecho, el director alemán Werner
Herzog dedicó en 2010 un documental a la gruta titulado «La cueva de los sueños olvidados»
Sin
entrar en mayores matices, Hollande insistió en la dimensión histórica de la Cueva Chauvet: «No me
canso de repetirlo, cuando viajo, repitiendo a mis interlocutores: si quieren
saber de dónde venimos, vengan a la Ardéche, vengan a la Gruta
Chauvet. Allí nació el arte de la pintura, allí nacieron muchos de los
fundamentos de nuestra civilización. Esta reproducción del original es un
acontecimiento importante. En su día se hizo un descubrimiento mayor. Hay
lugares, como este, que no pertenecen a nadie, ni a un país ni a una época. Pertenecen a la humanidad».
La
copia / reproducción de la Gruta Chauvet reproduce las pinturas artísticas y religiosas de 3.500 de los 8.500
metros cuadrados del
original. El Estado francés ha invertido 55 millones de euros en un sitio turístico que será
abierto al público a partir del próximo día 25 y pudiera recibir unos 350.000 visitantes anuales.
Fuente: ABC 12/04/2015
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